Alone against the static es la última adición a la línea de aventuras en solitario para La Llamada de Cthulhu publicada por Chaosium.

Las aventuras Alone against… están diseñadas para jugarse sin Guardián, en la línea de los librojuegos al estilo Elige tu propia aventura, pero en las que dispondremos, además, de una ficha de personaje y mecánicas idénticas a las del juego de rol tradicional.

Son un excelente recurso para cuando apetece echar una partida y no hay nadie con quién hacerlo. Hasta ahora disponíamos de otras cuatro aventuras de este tipo: Alone against the flames, Alone against the dark, Alone against the Frost y Alone against the Tide. Aunque este tipo de aventuras han acompañado a La Llamada de Cthulhu desde casi el inicio de la publicación del juego, no ha sido hasta recientemente cuando hemos visto una apuesta mayor por los escenarios en solitario, como confirman desde la propia editorial, a raíz de la pandemia, la distancia social obligatoria y demás, que han hecho descubrir a muchos jugadores una forma de entretenimiento adecuada a esas circunstancias.

Para realizar esta reseña he jugado dos veces este escenario, con la vista puesta en la rejugabilidad y en las distintas soluciones que puede tener la historia, qué se puede descubrir tomando distintas decisiones y por ver cómo funcionan los dos personajes pregenerados que incluye. Y os adelanto que la voy a jugar más veces. Más abajo os explico por qué.

Alone against the static está escrito por Brian Holland y se diferencia en varios aspectos del resto de escenarios en solitario publicados hasta ahora para La Llamada de Cthulhu. Para empezar, la aventura está ambientada en los años 90, cuando el resto están situadas en la época clásica, una época en la que aún no vivíamos en el mundo hiperconectado de ahora y podías acabar completamente incomunicado y aislado de la civilización como sucede en este escenario. Por otra parte, se añade una nueva mecánica, la Log sheet, que permite más rejugabilidad y profundidad en el desarrollo de la historia.

La historia nos pone en la piel de Alex o Charlie, una joven pareja que está pasando por un bache sentimental y que deciden pasar unos días en la cabaña que el hermano de Charlie tiene en las Colinas Negras de Dakota para reconectar y reavivar la llama que parece estar apagándose entre ellos. Pronto en la partida vemos que ese vínculo emocional tiene gran impacto en la historia, determinando mediante nuestras decisiones desde nuestro estado anímico a las opciones que tomaremos para sobrevivir a lo que esconden las montañas.

Esta es otra de las grandes diferencias con respecto al resto de escenarios de la serie Alone against…, y es que la historia está expresamente diseñada para estos dos personajes y no tiene las generalidades que puedan tener los otros escenarios para que fuesen jugables con varios personajes pregenerados muy distintos entre sí, o con personajes creados por el propio jugador. Esta decisión me parece muy acertada y permite conectar más con los personajes y que te preocupes más por lo que les pueda suceder.

La historia comienza con un trayecto en coche por una serpenteante carretera de montaña en una escena en la que la tensión entre Alex y Charlie se puede cortar con un cuchillo. Esta y varias escenas más del primer tramo, están escritas expresamente para cada uno de los personajes, y hay matices y leves diferencias en los árboles de decisiones y de texto dependiendo del personaje que llevemos. Más adelante, una vez que ocurra un evento que no voy a contar por no destripar demasiado el escenario, comienza el grueso de la aventura ya escrito para uno de los dos personajes indistintamente del que estemos interpretando. Es decir, dejamos de ser Alex o Charlie para pasar a ser «tú», y el otro personaje pasa a ser «tu pareja», pudiendo desarrollarse esta parte de manera muy similar (aunque es poco probable que así suceda) aunque llevemos a personajes distintos cada vez, con la salvedad de que las habilidades y la suerte en las tiradas pueden hacer que todo ocurra de maneras muy distintas.

A partir de ese elemento detonante nos quedaremos solo con nuestro personaje y podremos explorar la cabaña y los alrededores para ir descubriendo un oscuro secreto escondido en la montaña que puede acabar con nuestra vida literal y figuradamente.

El tiempo de juego, dependiendo del ritmo de lectura, que recomiendo que sea pausado y con una buena música ambiental para mayor inmersión, oscilará entre una hora y dos horas por iteración. Es decir, se puede jugar de una sentada sin problema.

En cuanto a la rejugabilidad, además de contar con dos personajes con personalidades y habilidades distintas, que mediante los fallos o aciertos en las tiradas ya nos irán llevando por distintos caminos, contamos con una Log sheet, una hoja de registro, en la que encontramos un resumen de qué hacer si morimos o nos volvemos locos y con una lista de 36 palabras clave que deberemos ir marcando a lo largo de la aventura según vayamos descubriendo objetos, secretos o informaciones. Estas palabras clave nos permitirán usar esos conocimientos o herramientas en otros momentos de la aventura si antes los hemos «desbloqueado». En la primera partida, que jugué con Charlie, desbloqueé nueve de estas palabras clave y en la segunda, con Alex, diecisiete. No coincidieron todas, pero sí algunas, lo que evidencia que la aventura puede desarrollarse de muy diversas formas dependiendo de las tiradas y de las decisiones que tomemos. La primera transcurrió como un survival horror y la segunda tuvo mucha más investigación tradicional al estilo de La Llamada de Cthulhu.

Además de esta Log sheet, a lo largo de la aventura se establecen varios checkpoints o puntos de salvado, al estilo de los videojuegos, que nos permiten retomar la aventura desde ahí si llegamos a una conclusión y queremos probar una nueva forma de resolver el escenario sin tener que volver al principio, que puede hacerse un poco tedioso hasta que arranca el meollo del asunto.

Conclusiones

Alone against the static es una acertada evolución en la línea de partidas en solitario de La Llamada de Cthulhu, con innovaciones (para este juego, ya que existían variantes en otros juegos en solitario parecidas a la Log sheet) que aportan una mecánica para seguir el progreso y para saber cuánto del misterio hemos desentrañado, y una historia profunda, llena de giros, oscura y aterradora.

Por eso precisamente es por lo que antes comentaba que voy a jugar más veces el escenario. En la primera ocasión me quedé con la sensación de haber sido prácticamente un espectador y, aunque todo transcurrió con lógica en base a mis decisiones y tiradas, no descubrí apenas nada de lo que ocurría en la montaña. Sin embargo, en la segunda ocasión sí que fui capaz de obtener mucha información e incluso un objeto mágico que, gracias a una increíble tirada, logrando un éxito en Ciencias ocultas con un valor base de 05% (!!), fue determinante en la resolución de la partida.

A pesar de todo eso, a la vista de que aún me quedan muchas palabras clave por desbloquear, es evidente que hay más caminos por explorar. Esto no sería un problema si la historia no fuera tan profunda, podríamos dejarlo estar y ya está, pero a mí me invita a seguir indagando más y más y afrontando la historia de maneras diferentes.

Como añadido, el escenario incorpora una nueva entidad de los Mitos, incluyendo su trasfondo, los cultos asociados, características, etc., para poder usarla en nuestras partidas si así lo deseamos, lo que es muy de agradecer cuando tus jugadores son capaces de detectar qué criatura está detrás de todo a la primera pista.

En cuanto al nivel técnico, las ilustraciones son de primer nivel, evocadoras cuando deben serlo y clarificadoras cuando corresponde, a todo color tanto en formato digital como en papel.

El documento en formato electrónico viene con hipervínculos para poder pinchar directamente sobre la opción elegida en cada paso y que salte directamente a la página adecuada, lo que es muy conveniente y hace la partida ágil sin tener que hacer scroll todo el tiempo por el libro.

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